Hacía tiempo que pensaba en Croacia y nunca me decidía a ir, generalmente por los altos precios, tanto de los vuelos como del alojamiento. Y, entonces, una familia de aquí, del pueblo, me dicen que este año se van de vacaciones a ¡Croacia! Y claro, evidentemente, no podía desaprovechar la ocasión.
El año pasado se fueron a Rumanía y estuve a punto de irme con ellos, pero al final me fui con unos amigos a Grecia. Pues bien, esta vez no iba a dejarlo pasar.
Sitios imprescindibles en Dubrovnik
DÍA 8: Murallas y miradores de Dubrovnik
Octavo día en Croacia, y último para la familia con la que iba. Nos despertamos sobre las 8, recogimos las cosas y nos fuimos a dar una vuelta por la zona donde estaba el apartamento, en la región de Zaton.
Es una zona muy agradable por la que pasear, con muy pocos turistas (dato no habitual en el resto de Croacia), y con dos playitas pequeñitas donde podréis descansar y disfrutar prácticamente solos.
Después de un bonito paseo, volvimos al apartamento y llevamos las maletas al coche para irnos a Dubrovnik. Como el día anterior habíamos estado en un párquing muy caro, preguntamos al chico del apartamento que donde podíamos dejar el coche de forma gratuita; y allí dejamos el coche. El problema es que el párquing estaba a una media hora del centro de la ciudad, así que si tenéis poco tiempo vale la pena pagar un párquing.
Llegamos al centro de Dubrovnik sobre las 11 de la mañana y, como ya hacía mucho calor para pasear por las murallas, decidimos pasear por el centro histórico otra vez, ya que la noche anterior nos había enamorado.
Después de deambular por las callecitas de la ciudad, decidimos ir a comer. Y no creáis que fue tarea fácil; los restaurantes son carísimos. Por suerte, encontramos una pizzería que estaba bastante bien de precio y ahí nos quedamos. Si queréis ahorrar en vuestras comidas en Dubrovnik sobretodo llevar agua vuestra e intentar no comprar bebida, ya que es carísima (pagamos casi 4 euros por una Coca-Cola). Además, en las dos plazas principales del casco antiguo hay unas fuentes de leones de donde puedes coger agua potable y fresquita, ¡así que aprovecharlas!
Después de comer les acompañé al coche para recoger mis cosas y ellos ya se fueron para el aeropuerto. Pero a mí todavía me quedaban dos días y medio en esta maravillosa ciudad.
Alojamiento en Dubrovnik
Para esas dos noches lo primero que miré fue hoteles, pero los precios eran bastante elevados: el precio más barato eran 20 euros la noche en una habitación compartida de 8/12 camas. Así que me puse a ver si encontraba alguien con quien quedar en CouchSurfing, que ya había utilizado otras veces. Para los que no lo sepáis y no hayáis leído posts míos anteriores, CouchSurfing es una plataforma totalmente gratuita donde la gente, sin esperar nada a cambio, te facilita una cama o sofá donde pasar la noche. La verdad es que yo todas las experiencias que he tenido han sido positivas; lo usé viajando por Europa hace 2 años, lo usé en mi escapada a Dubai, y lo volví a usar en Dubrovnik. Y la verdad es que nunca he tenido ningún problema.
➡️ Couchsurfing, la mejor forma de viajar barato
Aquí os dejo el enlace a mi post de Dubai para que le echéis un vistazo a mi experiencia con la web/aplicación de CouchSurfing.
Murallas de Dubrovnik
Como el chico con el que me iba a quedar no podía estar hasta las 6 de la tarde, decidí ir a pasear por las murallas de la ciudad. Aunque tenía el problema de la mochila, como no pesaba mucho, al final decidí llevarla encima. El precio de las murallas es bastante alto (unos 20 euros), pero si lleváis el carnet joven solo os costará 50 kunas (unos 8 euros); así que siempre que viajéis por Europa no os lo olvidéis, ya que suele haber descuentos para entrar en los sitios culturales.
Una vez con la entrada comprada tocaba empezar a subir escaleras (aunque no os asustéis que no eran muchas). Y sobre las 4 de la tarde ya estaba paseando por las murallas de Dubrovnik. El recorrido es muy fácil, ya que prácticamente solo hay un camino, y en caso de que no lo hubiera, solo tenéis que seguir los carteles de ruta.
La verdad es que el paseo por las murallas es impresionante, ya que se ve toda la ciudad antigua desde arriba, pero también podréis disfrutar de vistas espectaculares del mar y alguna fortaleza.
Fortaleza de Lovrijenac
Después de pasear una hora y media por las murallas decidí bajar e ir a la Fortaleza de Lovrijenac. Para llegar a ella tenéis que salir de la ciudad antigua por la puerta principal y en seguida la veréis. El precio de la entrada son 50 kunas, pero si tenéis la entrada de las murallas es gratuita; así que ir primero a las murallas y luego ya iréis a la fortaleza. Acordaros de enseñar la entrada de las murallas, ya que cuando yo fui no había ningún cartel que indicara que con la entrada era gratuito y fue al preguntarlo cuando me dejaron pasar.
Además de haberse grabado escenas de Juego de Tronos, la Fortaleza de Lovrijenac es impresionante por las vistas que tiene del casco antiguo de Dubrovnik.
Monte Utverda
Finalmente, sobre las 6 de la tarde volvía hacia el centro de la ciudad para quedar con mi couchsurfer. Dejé las cosas en su casa, hablamos un rato y me indicó como ir a coger el teleférico para subir al monte Utverda, con unas vistas espectaculares de la ciudad y el mejor lugar de Dubrovnik para ver la puesta de sol.
El precio del teleférico es de 140 kunas ida y vuelta (unos 20 euros) un precio bastante caro, según mi punto de vista, ya que solo son 5 minutos, si llega, de trayecto. Estuve preguntando y andando se tarda una media hora bajando, así que subiendo deben ser unos 45 minutos. Pero como cuando fui yo ya eran las 18:30 si iba andando no me daría tiempo de ver la puesta de sol. Así que decidí coger el teleférico. Otra opción a considerar es subir en teleférico y bajar andando, pero tener en cuenta que a la vuelta posiblemente sea de noche y no sé si el camino estará iluminado.
Finalmente, aunque fuera un poco caro, coger el teleférico ida y vuelta me pareció la mejor opción; y sobre las 18:45 ya estaba en el mirador. Y aunque desde el mirador las vistas de la ciudad son impresionantes, para ver la puesta de sol os recomiendo bajar a las rocas que hay justo debajo, ya que se ve muchísimo mejor y podéis sentaros en alguna de las rocas en vez de estar amontonado con la mayoría de turistas. El camino por las rocas no está habilitado así que hay que ir con cuidado, aunque si vas vigilando no hay ningún peligro. Así que sobre las 7 de la tarde ya estaba sentada en una roca ubicada perfectamente y merendando mientras disfrutaba de una maravillosa puesta de sol.
Una de las ventajas de viajar solo es que conoces a mucha gente y ese día no fue una excepción. Mientras miraba la puesta de sol, había una pareja y una chica argentinos haciéndose fotos, así que en poco rato ya estábamos hablando y compartiendo experiencias.
Nos quedamos los 4 en las rocas hasta las 8 de la noche, que ya había oscurecido y habíamos visto la ciudad iluminada. Y entonces empezamos a volver hacia el teleférico para bajar de nuevo al casco antiguo.
Sobre las 20:30-21 llegábamos al centro de la ciudad y entonces miramos en alguna agencia de viajes qué tours organizados tenían para ver si nos animábamos a hacer alguno el día siguiente. Yo había mirado con antelación un tour por tres islas muy cercanas a Dubrovnik, pero hablando con el chico de allí me convenció que no valía la pena, ya que son 3 islas en muy poco tiempo; que si quería ir cogiera un ferry local y fuera solo a una.
Pero después, hablando con una de las chicas argentinas, me recomendó el tour de Montenegro, ya que ella lo había hecho el día anterior y le había gustado mucho. Y pensé, ¿por qué no? Islas ya había visto varias y, en cambio, nunca había visitado Montenegro, así que pensé que era un buen primer contacto con la ciudad.
Aunque no fue fácil porque era muy tarde y buscábamos un tour para el día siguiente, después de ver varias agencias lo conseguimos; y encima en español. Así que reservamos el tour para ir la pareja argentina y yo.
Una vez solucionado el tour, bajamos a la calle principal y cada uno se fue a dormir que al día siguiente toca madrugar: ¡nos íbamos a Montenegro!
