Visita al casco antiguo de Dubrovnik

Hacía tiempo que pensaba en Croacia y nunca me decidía a ir, generalmente por los altos precios, tanto de los vuelos como del alojamiento. Y, entonces, una familia de aquí, del pueblo, me dicen que este año se van de vacaciones a ¡Croacia! Y claro, evidentemente, no podía desaprovechar la ocasión.

El año pasado se fueron a Rumanía y estuve a punto de irme con ellos, pero al final me fui con unos amigos a Grecia. Pues bien, esta vez no iba a dejarlo pasar.

Paseo por el centro histórico de Dubrovnik

DÍA 7: Llegada a Dubrovnik y paseo por la ciudad

Camino a Dubrovnik desde Split

¡Buenos días! Hoy toca hacer la maleta para irnos hacia Dubrovnik. Para hacer el recorrido hay dos opciones: o se va por autopista (3 horas de trayecto) o por carretera de costa (4 horas). La verdad es que después de hacerlo, yo recomiendo 100% la ruta costera. Encontraréis pueblecitos preciosos con calas impresionantes. Y aunque tardéis una hora más podéis ir parando y ver muchos otros lugares que desde la autopista no veríais; o incluso sin parar, desde el mismo coche, ya veréis playa, lagos y pueblos preciosos.

Makaraska

Salimos de Split sobre las 10 de la mañana y fuimos haciendo paradas en varios miradores con vistas espectaculares. Sobre las 11:30-12 nos desviamos hacia Makaraska, uno de los pueblos más grande entre Split y Dubrovnik; pero había demasiados coches y gente y decidimos seguir y parar en el siguiente pueblo: Tucepi. La verdad es que Tucepi no tiene mucho que ver, simplemente es un pueblo con costa y playas muy bonitas; estuvimos allí una media horita y volvimos a subir al coche para seguir el camino.

El camino empezó a alejarse del mar y fuimos más por el interior. El camino es bastante fácil, simplemente tenéis que seguir las indicaciones de Dubrovnik. Y entonces vimos unos lagos preciosos rodeados de montañas, pero no vimos donde parar. Así que en el primer pueblo que pudimos desviarnos lo hicimos y aparcamos allí. Afortunadamente, el pueblo daba a uno de los muchísimos lagos que habíamos vistos y pudimos disfrutar de un rato de relax con unas vistas impresionantes. Además, es curioso como cada casita tiene una terraza al otro lado de la calle, dando al lago, y unas escaleritas para subir y bajar; y algunas incluso tenían barquito propio. La verdad es que esos lagos fueron un gran descubrimiento y nos encantaron.

Tras una media horita allí, subimos de nuevo al coche para seguir nuestro camino. Un detalle a tener en cuenta es que para hacer el trayecto Split-Dubrovnik hay que pasar por Bosnia y, por lo tanto, cruzar la frontera dos veces. Eso no supone ningún problema, sobre todo si eres europeo, pero hay que tenerlo en cuenta, tanto por el tiempo que se pierde en cruzar la frontera, como los datos del móvil que hay que apagar, ya que se sale de la unión europea, y, sobretodo, que la compañía de alquiler del coche os permita salir y entrar del país. Este último punto no suele ser problemático ya que la mayoría de compañías incluyen en el precio cruzar la frontera ya que es el trayecto más habitual, pero de todas formas debéis comprobarlo antes de reservar.

Pues bien, la verdad es que nosotros tuvimos suerte al cruzar la frontera, ya que apenas había cola y en muy poco rato pudimos pasar.

Mali Ston

Ya se acercaba la hora de comer y teníamos hambre, así que decidimos que cuando cruzáramos las dos fronteras buscaríamos algún pueblito bonito en el que parar a comer. Y así fue, en cuanto cruzamos la frontera para entrar de nuevo a Croacia, nos desviamos para ir a Mali Ston, un pueblito antiguo precioso y desde donde se puede ver la enorme muralla de Ston. Aparcamos el coche, cogimos nuestros tuppers y nos sentamos a comer en una miniplayita del pueblo. Después de comer, cruzamos la muralla para entrar en el casco antiguo y volvimos hacia el párquing por dentro del pueblo, en vez de rodeándolo como a la ida.

Zaton

Y ahora sí, ya tocaba ir directos a Dubrovnik. Bueno al apartamento, que estaba a las afueras de Dubrovnik en la zona de Zaton. Una vez llegamos al apartamento, dejamos las cosas, descansamos un poco, y nos fuimos a Dubrovnik a pasear por la ciudad.

Dubrovnik

Nuestra primera idea era subir a las murallas para aprovechar que a partir de las 5 ya no hace tanto sol y no pasaríamos tanto calor, pero se nos hizo tarde; llegamos a Dubrovnik sobre las 6 y algo y la muralla cerraba a las 19-19:30, así que decidimos que, en vez de hacerlo corriendo, era mejor pasear por la ciudad y subir a las murallas en otro momento.

Bueno, una vez en Dubrovnik teníamos que aparcar. Fuimos a un párquing que había en la zona alta de la ciudad, pensando que como no estaba muy cerca del casco antiguo sería más barato; ¡¡pero qué va!!, en Croacia todo es caro (nos cobraron unos 17 euros por dos horas y media). Aunque por suerte eso no lo supimos hasta volver y pudimos disfrutar de la tarde sin preocuparnos por el coche.

Después de aparcar bajamos durante unos 10 minutos por unas escaleras hasta llegar a la puerta del casco antiguo de la ciudad. El centro de Dubrovnik es bastante pequeño, por lo que no hace falta seguir ninguna ruta en concreto para verlo todo, sino simplemente pasear por todas sus callecitas, subir todos sus escalones, y disfrutaréis de esta preciosa ciudad.

La zona baja del centro histórico contiene las calles principales, que son más grandes y están repletas de gente y bares; pero a la que os desviéis por una callecita y empecéis a subir escaleras os iréis alejando de la muchedumbre y descubriendo el antiguo Dubrovnik, donde hoy en día aún vive gente.

Además, encontraréis varios bares con unas vistas espectaculares. Cuando llegamos a Dubrovnik nos separamos y cada uno fue por donde quiso para recorrer la ciudad, y entonces uno de ellos dijo que estaba en el bar con las mejores vistas de Dubrovnik. Le pedimos que nos enviara la ubicación para poder ir, y nos dijo que ya lo veríamos. Y así fue. Poco después íbamos caminando y nos encontramos con un cartel que ponía: “Cold drinks with the most beautiful drinks”. Seguimos los carteles y, como no, llegamos a donde estaba. La verdad es que es un bar muy curioso, porque apenas llega a ser bar. Es una barra con bebidas puesta como han podido entre las rocas y con varias mesas que dan al mar; pero la mayoría de gente estaba o sentado en las rocas o tirándose al agua desde ellas. La verdad es que es un muy buen sitio para refugiarse del calor de pleno verano y darse un buen chapuzón. Nosotros intentamos ver la puesta de sol desde allí, pero había una fortaleza que nos la tapaba, así que decidimos volver a pasear por la ciudad.

Una vez bajamos las escaleras y volvimos a las calles principales de Dubrovnik nos encontramos con una puertecita que daba al puerto del casco antiguo, desde donde podías admirar tanto la ciudad, como los colores rosados que había dejado la puesta de sol.

Finalmente, sobre las 8 y algo empezamos a volver hacia el coche para ir al apartamento a cenar y reponer fuerzas para mañana.

Continuará

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